Uruguay ante la nueva era económica mundial

Análisis de CPA FERRERE sobre crecimiento, inflación, dólar y contexto global
Uruguay ante la nueva era económica mundial, marcada por desafíos externos, ajustes internos y cambios en el equilibrio global. En este contexto, los economistas de CPA FERRERE, Alfonso Capurro y Nicolás Cichevski, presentaron la actualización de perspectivas para clientes del Servicio de Análisis y Pronósticos Económicos.
Crecimiento moderado y mejora en inflación – Uruguay ante la nueva era económica
Uruguay mantiene un crecimiento económico moderado, con un aumento del PIB de 3,4% interanual en el primer trimestre de 2025, influido por factores puntuales como la reversión del efecto refinería y la zafra de soja. Sin embargo, se proyecta una desaceleración hacia 2026, en parte por la inversión estancada (16,5% del PIB) y un escenario internacional adverso.
CPA FERRERE ajustó su proyección de crecimiento para 2025 al alza (de 2,4% a 2,6%) y mantuvo 1,7% para 2026. Este panorama plantea restricciones para la política fiscal de cara a la próxima Ley de Presupuesto. Además, el déficit fiscal y la deuda crecerían más de lo previsto, limitando el margen para nuevos gastos.
En materia inflacionaria, el objetivo de 4,5% gana credibilidad. El fortalecimiento del peso uruguayo y las señales del BCU han ayudado a moderar la inflación, que se mantendría en torno al 5% en 2025 y 2026. Cichevski explicó que la negociación salarial será clave para anclar expectativas, especialmente del sector empresarial.
Impacto global: Estados Unidos cambia las reglas – Uruguay ante la nueva era económica
A nivel global, Capurro advierte que Estados Unidos impulsa una nueva etapa económica, marcada por proteccionismo, tensiones fiscales y riesgos para el dólar. La política arancelaria ha alcanzado máximos históricos, afectando la productividad global y debilitando el libre comercio.
El avance de propuestas como la “One Big Beautiful Bill Act” genera preocupación sobre la sostenibilidad fiscal en EE.UU., elevando las tasas de interés de largo plazo y debilitando al dólar, a pesar del retraso en los recortes de tasas de la FED. Esto crea un entorno deflacionario para países emergentes como Uruguay, aunque persisten riesgos por la volatilidad de commodities como carne y petróleo.